A través del Túnel del Viento. La Tesla (16 kms)

Pórtico de la iglesia de Bisjueces

La salida la hicimos desde Bisjueces, a donde llegamos desde Oña en el autobús de Pachín. La mañana de ese 5 de abril estaba revuelta. A medida que nos acercábamos a la Tesla, el tiempo cambiaba. Al llegar a Medina de Pomar la niebla impedía ver la sierra y llovía ligeramente.

Sin perder la calma, tomamos una foto de grupo antes de salir, en el señorial pórtico renacentista de la iglesia de la iglesia de San Juan Bautista. A los lados están las esculturas sedentes de los dos primeros jueces de Castilla, Nuño Rasura y Laín Calvo. La tradición señala que allí se reunían los dos jueces para impartir justicia y que por eso se llama así el pueblo.

Aunque el templo es del siglo XVI, se ven los canecillos románicos de la anterior iglesia utilizados en la reconstrucción.

Con una ligera lluvia sobre nuestras cabezas, cruzamos el amplio encinar que se encuentra nada más abandonar el pueblo, en dirección sur, y acometimos las primeras y engañosas faldas de la Tesla. De repente, las nubes se descorrieron, la sierra surgió de entre la niebla y el Agujero, el famoso túnel del viento de la barrera que separa la llanura de las Merindades del valle de Valdivielso, se mostró a lo lejos.

La Tesla despejada, con el Agujero de paso a la derecha

Pero el Agujero no es la cumbre y, tras descender a otro vallejo, emprendimos la subida hasta el Canto Modorrillo, también conocido como el Sombrerillo, una referencia que se ve desde Bisjueces. Allí ya estábamos subidos en el lomo principal de la sierra y paramos para reagruparnos y disfrutar de unas preciosas vistas.

Llegando a Canto Modorrillo

Canto Modorrillo

Por la amplia llanura de la cresta, alcanzamos sin problemas el punto más alto de la sierra de la Tesla, Peña Corva, de 1.332 metros de altitud. Estábamos a mitad de camino y ya habíamos hecho toda la subida, así que fue el momento de almorzar, eso sí, a cobijo de una roca para evitar el viento.

Peña que oculta la localidad de Barruelo

Almuerzo en Peña Corba

Con buen día, el cordal se hizo entretenido, con tramos incómodos y algún que otro repecho. También con sorpresas que pusieron una sonrisa en nuestras caras, como la yeguada que encontramos pastando, seguramente de la granja de Quecedo, en el valle de Valdivielso.

Nuestro próximo objetivo era el alto de San Mamés, un pequeño hito rocoso, donde los seguidores del Athlétic se hicieron la correspondiente foto. Junto a él está ya el portillo de Medina, por donde bajamos hacia Quintana la Cuesta, punto final de nuestra travesía, no sin antes ver en la bajada los restos del castillo de Urria, que se levanta todavía con muros recios y fuertes, resistiendo siglos de intemperie, en una picuda elevación del terreno en la falda norte de la Tesla. Se le relaciona con el castillo de Montealegre que recogen los documentos históricos. En la zona le llaman también castillo de Val, por estar junto a la localidad de Valdelacuesta, en la Merindad de Cuesta Urria.

Alto de San Mamés

Sendero de bajada y castillo de Urria

Cuatro horas después, a la una y media de la tarde, llegamos a Quintana la Cuesta, donde nos recogió el autobús y regresamos a Oña. La vuelta la hicimos por Mijangos, por una carretera en mal estado que nos llevó hasta la antigua estación del ferrocarril Santander-Mediterráneo de Trespaderne, justo debajo de las ruinas aparecidas del castillo de Tedeja, en el extremo de la Tesla que da a la boca norte del desfiladero de la Horadada.